Secretariado P. J. Kentenich Santuario de San Isidro

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domingo, 21 de octubre de 2018

Los años de Milwaukee Padre José Kentenich


Años del Padre José Kentenich en Milwaukee


El Padre Kentenich contaba con 66 años de edad, cuando el Santo Oficio decretó su exilio. El lugar del destierro Milwaukee, junto al lago Michigan, es la mayor ciudad del Estado de Wisconsin en los Estados Unidos. En el transcurso del siglo xix se habían establecido allí numerosos inmigrantes de lengua alemana, y entre ellos no pocos católicos. Los primeros obispos y arzobispos  de la diócesis de Milwaukee, que se erigió en 1843, al separarse el obispado de Detroit , procedían todos de inmigrantes alemanes. J.M.Henni, Michael Heiss, Franz X. Katzer y Sebastian G. Messmer.
En el año 1921 comenzaron los palotinos alemanes la cura de almas en la Parroquia Santa Cruz y se hicieron con el convento próximo de los padres capuchinos. Después de la segunda guerra mundial, una parte de las fundaciones de los palotinos en los Estados Unidos se agrupó para formar la provincia de la Madre de Dios y se escogió Milwaukee para sede de la curia provincial. El primer provincial fue el Padre Otto Bonki, que había sido alumno del Padre Kentenich en la época de los comienzos de Schoenstatt. 
Cuando el Padre Kentenich llegó a Milwaukee , era provincial el Padre Haas, de Limburgo de Lahn.
¿ Qué pensaba el Padre Kentenich de su situación, de su separación de la Obra y de su destierro? Podemos saberlo por las cartas que escribió inmediatamente de su  despedida de Schonstatt, unas en Suiza y otras en Roma.
"¿Será ya tiempo de escribir unas palabras a la peña de amigos?" , dice una carta  del 18 de noviembre de 1951, escrita desde el convento de Sión (Suiza) al circulo de sus colaboradores más íntimos de Schonstatt. "Es casi superfluo Dios habla claramente através de las circunstancias. La Santísima Virgen nos ayudará a soportar el tiempo de la prueba y a comprenderla. Si veo bien la cosa, la Iglesia quiere probar nuestra obediencia para reconocer si la Obra  y su representante están bajo el signo de Dios. No debemos olvidar que nos hemos hecho muy fuertes y que se teme - con razón  o sin razón , dejemóslo aparte - que "constituimos un cisma latente", cuya cabeza debe ser sometida a pruebas especiales. Si las raíces centrales de un árbol se hunden más en la tierra gracias a la tempestad, y el árbol se capacita así para resistir tormentas y huracanes más violentos , otro tanto tiene que ocurrirnos a nosotros. 
Con el crisol de la prueba comienza una nueva etapa en la historia de la Familia. Pronto nos encontraremos otra vez en un nivel superior, armados con nuevas armas para las batallas que le van a presentar a la Iglesia.  Demostraremos ahora nuestra fidelidad a ella, aceptando y soportando todas las pruebas que luego, - así hemos de esperarlo - seremos encontrados dignos de prestarle mayores servicios. Si vivís el espíritu del 20 de enero de (1942) , las circunstancias no os extraviarán ni os sacudirán. Al contrario os alegraréis de que los planes de la omnipotencia , del amor y de la sabiduría de Dios, se realicen tan palpablemente en nosotros. En todo esto tenéis que ver una señal de la autenticidad de nuestra misión. Aun cuando andemos en tinieblas , estamos siempre en las manos del Padre, que nos guardan y nos dirigen, hasta que nos inunden  nuevo las claridades del día. Nuestra Alianza de Amor con la Madre  tres veces Admirable es la mejor  garantía de ello, siempre que nos mantengamos fieles a ella".
Respecto a las medidas de la Iglesia , en las que el Padre Kentenich veía las de la Providencia Divina, dice un poco más abajo en el mismo contexto: " Los tiempos son graves. Si suponemos que la Madre tres veces Admirable quiere realizar mediante nosotros su misión para esta época de una manera especial, nos toca tomas en serio las cosas. El que tiene una misión extraordinaria , tiene también que someterse a pruebas extraordinarias. El mundo y la Iglesia tienen derecho a exigirlas y a imponerlas. Los medios de que para ello se sirven no deben escandalizarnos aunque sean la deshonra , la injusticia y el ostracismo. Ellos necesitan la comprobación de la autenticidad y divinidad de la misión".
Como se ve no asoma el menor disgusto, el menor desengaño, y la menor amargura. El enfoque del Padre Kentenich es sobrenatural, una contemplación desde la fe y la esperanza en Dios. Su sabia serenidad y su calma interior, que llamaban la atención de cuantos se encontraban con él en el destierro, fueron tales que tampoco experimentó quebranto alguno su salud corporal . " "Personalmente me va bien" escribía a principios de enero de 1952 , a un antiguo colaborador en Roma. "Usted mismo sabe que la fe en la Providencia es el mejor remedio contra todos los achaques , y resulta doblemente eficaz, cuando el plan divino se destaca tan claramente sobre el trasfondo oscuro y cuando se trata de cosas tan grandes para el futuro de la Iglesia. Jamás contemplamos a Schonstatt separada de la Iglesia . También el sufrimiento, que muchos padecen ahora mismo por la Iglesia, tiene un profundo sentido en este contexto. Así se ven más cerca algunos acontecimientos del pasado de la Iglesia. Se aprende a ver con más fe lo divino tras lo humano y se comprende mejor todo lo que implica la audacia de la fe".....


Del libro:
José Kentenich
Una vida para el Iglesia
P. Engelbert Monnerjahn


































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