Secretariado P. J. Kentenich Santuario de San Isidro

Blog con contenidos de la Vida y Obra del Padre J. Kentenich

viernes, 15 de diciembre de 2017

EL EDUCADOR DE LA LIBERTAD

El P. Kentenich, al llegar a Schoenstatt,tiene que captar a estos muchachos que pasan por una crisis de gran rebeldía frente a sus superiores. El ya conoce ese sentimiento. Justamente por esa causa se escapó dos veces del internado en que estuvo cuando niño. Ahora, aquí, frente a estos jóvenes revolucionados, se mostrará como un maestro en captar su confianza.
Primero la capta por su disponibilidad.Conocemos la plática que dio el 27 de octubre de 1912,el Acta de Prefundación. Allí les da a entender a los jóvenes que ese nombramiento es una sorpresa mutua: ni los estudiantes esperaban que llegara un sacerdote tan joven como él, ni él mismo se había imaginado en tal puesto.
Para él fue una sorpresa que le cambió todos sus planes. No había pensado en ser educador de esa manera, pero Dios así lo quiso y ahora han de adaptarse mutuamente. Les dice:
Y ahora me han nombrado director espiritual, sin que haya hecho absolutamente nada para ello. En consecuencia, debe ser voluntad de Dios. Por eso acojo esta voluntad firmemente decidido a cumplir del modo más perfecto mis deberes para con todos y cada uno de ustedes. Por lo tanto, me pongo enteramente a su disposición, con todo lo que soy y tengo, con mi saber y mi ignorancia, con mi poder y mi impotencia,pero,sobre todo , les pertenece mi corazón.
Espero que nos entendamos bien. Espero que haremos todo lo posible por alcanzar, del modo más perfecto, el fin común que nos hemos propuesto. ¿ Cual es, entonces nuestro fin? La pregunta es importante,porque de su respuesta dependen nuestras relaciones en el futuro. Por eso les respondo clara y brevemente:
Bajo la protección de María,queremos aprender a educarnos a nosotros mismos, para llegar a ser personalidades firmes,libres y sacerdotales.
(...) Queremos aprender. Por tanto, no sólo ustedes sino también yo.
(Acta de Prefundación,27.10.1912)
Los jóvenes sienten el P. Kentenich esa voluntad de entrega; sienten en él ese "solidarismo", esa actitud de "no puedo trabajar solo, tengo que trabajar en común",y , desde un comienzo, se dan cuenta especialmente de que él les capta lo más querido que tienen: su anhelo de libertad.
El P. Kentenich a su vez descubre, a la luz de su fe práctica en la Divina Providencia,que ese parece ser el lugar donde Dios quiere que eduque al nuevo tipo de hombre con que sueña,el hombre mariano,el hombre libre,magnánimo,que se decide siempre por un ideal,por un convencimiento interior,por un amorque lo impulsa y no por normas,por temor o por costumbre; ese nuevo tipo de hombre que,junto con ser plenamente libre, es plenamente comunitario.
Funda una Congregación Misional por medio de la cual quiere captar el anhelo de actividad, de creatividad de los muchachos. Estos crean una revista, juntan dinero para las misiones,empiezan a trabajar en cosas de este tipo y a desplegar activamente todas esas fuerzas que pensaban que el reglamento de la casa nos les permitiría nunca desarrollar.
Así comienzan a sentir que, en torno al P. Kentenich, se va creando un pequeño reino de libertad, algo totalmente nuevo,que nunca habían experimentado antes.
Los jóvenes se van entusiasmando con esta libertad que encuentran en torno al P. Kentenich. Primero , él les hace sentir que valora su anhelo de ser libres.
Luego, les empieza a mostrar que ser libre no significa necesariamente ser rebelde; les hace ver que entre libertad y obediencia y obediencia no hay oposición y que el hombre libre es el que sabe obedecer libremente, el que sabe por qué obedece, por qué hace las cosas. Así empieza inculcar a los jóvenes su gran idea: el peligro en que se encuentra el hombre de hoy de colectivizarse, de ser hombre masa y por eso la necesidad de formar personalidades libres.
El hombre verdaderamente libre es el que se posee a sí mismo, el que sabe por qué actúa. Por eso puede ser libre también cuando obedece, si sabe hacer suyo el reglamento,si ve en ello la voluntad de Dios. El hombre libre aprovecha las pruebas y las cosas que no le gustan para crecer interiormente, para desarrollar su carácter.
No las toma como algo impuesto, sino como algo que él es capaz de aceptar, que constituye para él un desafío para desarrollar su personalidad. El hombre puede ser libre en la obediencia y también en la opresión o en medio de un ambiente que le contraríe. El P. Kentenich les va explicando así el verdadero sentido de la libertad.
Los jóvenes nunca temieron que él les fuera a imponer un molde. Por eso podían ser totalmente espontáneos frente a él , porque se daban cuenta de que él era un servidor de su libertad.
Más tarde el P. Kentenich definiría la paternidad como un servicio a la vida ajena..
El P. Kentenich los estimulaba a hablar y a expresarse. 
Así todo Schoenstatt era obra del P. Kentenich, pero también todo es obra de los jóvenes fundadores.


del Libro
La Historia del Padre Kentenich
Textos Autobiográficos
P. Juan Pablo Cattogio