Querida Madre y Reina!
Ayúdame a despojarme de todo lo que me intranquiliza
para que en silencio y pobreza,
el Espíritu de Dios pueda llegar hasta mí
y encontrar en mi alma un ambiente sereno
de acogida y entrega.
Haz que mi inteligencia se abra a su luz
y aprenda a ver con los ojos de Dios.
Regálame la profunda comprensión del corazón
que tanta sabiduría da a los que aman.
Ábreme al querer del Padre y configura
mi ser y mi obrar según su santa voluntad.
Amen.
Oración de la Novena
"Audaz en el riesgo"
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