EL RIESGO DE DECIR SÍ
............Ustedes ya se dan cuenta de lo que quiero decir: el riesgo es decir sí. También Jesús pronunció ese sí en una situación difícil de su vida: Ita Pater, ¡sí Padre! María su"Ecce..fiat". He aquí...hágase en mí, es la versión femenina del decir sí. Dios ama ese sí, y con él persigue un cierto objetivo en el acontecer mundial!
¿Desean otras formulaciones? Volvámonos hacia nuestra gente sencilla. ¿Con qué otras palabras expresan ese "riesgo"?
La gente habla de una fe viva en la divina Providencia. Reparen en el término "viva". ¿Cómo vivificar la fe en la divina Providencia? A través del cultivo de la esperanza y del amor.
Acentúen mucho este punto. En nuestros oídos de teólogos resuena la sentencia...la fe que actúa por la caridad.
Apliquemos estas palabras, en su sentido más amplio, a nuestra fe en la divina Providencia: ella debe ser viva, no quedaren la pura razón no sólo en una pequeña dosis en la voluntad; no, ella tiene que modelar, formar y transformar a todo el hombre.
Naturalmente podríamos hallar otras formulaciones del mismo tema y no nos vendría mal detenernos sobre estos puntos en la meditación personal. Conozco una cantidad de personas que, en los momentos de dificultad, acostumbran repetir la jaculatoria: Mater habebit curam, la Madre cuidará. Es lo mismo, sólo que expresado" desde lo alto": la Santísima Virgen cuidará, ella es una manifestación de la misericordia de Dios. Tienen asimismo otras expresiones como Deus providebit (Gn 22,8), Dios proveerá. He aquí una aplicación concreta de la fe viva en la divina Providencia. También podría recordarles aquellos versos que ya escuchamos:
En el rugido de la tempestad
y el ulular de los céfiros,
entre el fuego de los relámpagos
y el fragor de los truenos,
yo pienso tranquilo
como el hijo del barquero:
Mi padre es timonel de la nave:
¡ yo nada temo!
del Libro
Dios Presente
P. José Kentenich
Recopilación de textos sobre la Divina Providencia
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