31 de Mayo 1949
Contexto histórico del 31 de Mayo:
... Cuando el Padre J. Kentenich realiza sus viajes internacionales después de Dachau, recorre el mundo en busca de aliados.
Al venir a Latinoamérica alberga una gran esperanza en
este sentido.
Estando en América Latina, en 1949, se produce la
visitación canónica a la Obra de Schoenstatt. El informe del visitador- Mons.
Stein.- manifiesta reparos en el plano de la praxis pedagógica que nuestro
Padre aplicaba.
El Padre resuelve responder en forma amplia y clara a
ese informe, sin ignorar los enormes riesgos que esa decisión implicaba para su
persona y para la Familia. Esta respuesta es conocida como la “epístola
perlonga”.
El 31 de Mayo de 1949, al ofrecer la primera parte de
su escrito a la Madre tres veces Admirable en el santuario Cenáculo de
Bellavista, pronuncia una plática memorable, que marca lo que más tarde el
mismo Padre denominará “tercer hito de la historia de Schoenstatt”.
En esa plática nuestro Padre proclama y convoca a una
cruzada destinada a superar el pensar mecanicista. Le parece que ello es
necesario para que María pueda ejercer su labor de educadora, mostrándose así
como vencedora de las herejías antropológicas en nuestro tiempo.
En 1952, camino al destierro en Milwaukee, nuestro
Padre percibe en Bellavista la vida que había surgido en torno al santuario. Ve
en ello la resultante creadora, que le confirma que el paso dado el 31 de Mayo
era un paso querido por Dios. Entonces, por primera vez habla en público acerca
de la misión del 31 de Mayo y resuelve “descorrer el velo de este enigmático
día”.
Mirando
hacia el futuro:
La misión del 31 de Mayo involucra a toda la Familia
de Schoenstatt en una gran cruzada convocada por nuestro Padre . Esta cruzada
compromete y quiere movilizar a cada schoenstattiano que se reconoce hijo de
nuestro Padre y fundador. Debido a que el 31 de Mayo está ligado históricamente
al santuario de Bellavista, el Schoenstatt chileno siente una especial
responsabilidad frente a la misión.
Una y otra vez repite nuestro Padre su encargo
profético a la Familia. Sus palabras de 1955 tienen validez: “¡Adelante! ¡Hacia
la cumbre! ¡Jamás retroceder!. Con ellas nos animaba a caminar hacia el monte
del 20 de Enero y a crecer en la conquista del 31 de Mayo.
Seguir al Padre en su paso del 31 de Mayo, significa
ver enriquecida nuestra relación filial con él. Unidos solidariamente a su
persona, podemos decir con él: “María tiene una gran misión frente a Occidente.
Una vez que me hizo comprender esto, me pidió que yo también le entregase todo”.
Comprometernos para que Schoenstatt llegue a ser
corazón de la Iglesia.
Schoenstatt, con una profunda actitud de servicio
mariano, debe entregar, debe entregar a la Iglesia el carisma que Dios le regaló.
Por otra parte, la incorporación al Padre en el
sentido del 31 de Mayo nos mueve a ofrecerle a María abundantes contribuciones
al Capital de Gracias, para pedirle que ella se continúe glorificando y, desde
nuestros santuarios, muestre su poder de Reina como vencedora de las herejías
antropológicas y la gran educadora de un nuevo tipo de hombre.
PROYECCIONES
DE LA Misión del 31 de Mayo
El 31 de Mayo es una cruzada mariana. María encarna la
meta que perseguimos: la armonía entre naturaleza y gracia. Pero ella no es
sólo el ideal encarnado, es también la gran educadora que transforma nuestros
corazones con la fuerza de su amor. Con su poder de Reina y de “omnipotencia
suplicante”, ella nos regalará, además, las gracias necesarias para realizar la
misión que en su nombre nos encomendó nuestro Padre.
En este horizonte se destacan los siguientes
imperativos:
El compromiso con la cruzada del 31 de Mayo exige de
nosotros el cultivo de un estrecho vínculo personal con el Padre. Debemos
conocer su pensamiento y realizar nuestro encargo unido a él como sus
instrumentos. Desde el cielo él nos acompaña y cuida de nuestros pasos. El y
María están pendientes de nosotros; sólo requieren nuestra entrega filial y
fidelidad.
Cada uno de nuestros santuarios filiales está llamado
a “movilizarse” en el sentido de la cruzada. Cada santuario filial posee una
originalidad propia. Pero cada uno, a la vez, es parte importantes en la misión
común.
Para mantener viva la actualidad del 31 de Mayo es
preciso visualizar y ponderar la realidad y los problemas actuales a la luz del
31 de Mayo. Antes como ahora la fe práctica en la Divina Providencia debe
continuar iluminando nuestro caminar y determinando nuestros pasos.
Palabras del: Padre Fundador.
¡Adelante!
¡Hacia la cumbre! ¡Jamás retroceder!
Adelante,
Para conquistar
en todas partes nuevos territorios
Para nuestra
Familia
Y para la
misión del 31 de Mayo,
Hacia arriba,
Hacia la cima
del monte,
Que comienza
con el 20 de enero de 1941.
Jamás
retroceder:
Ni en la
marcha de conquista ni en la escalada.
Del libro:
El
31 de Mayo
Una
misión para
nuestro tiempo.
P.RAFAEL FERNANDEZ DE A.
nuestro tiempo.
Padre José Kentenich |
Secretariado
P. J. Kentenich
Santuario
de San Isidro.
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